Escucha

Las personas que escuchan, no solo deben discriminar entre los diferentes sonidos de la lengua y comprender las estructuras gramaticales y el vocabulario de lo que se nos está queriendo transmitir, sino también, y puesto que el discurso tiene lugar en un contexto específico y es un acto en el que hay más individuos involucrados, debemos captar la intención del emisor y hacer una construcción del significado. Por ello, el oyente no es un ente pasivo, sino que el proceso de escucha requiere la interpretación del significado y la participación del interlocutor, a través de la empatía y la imaginación.

Por ello, a la hora de trabajar la destreza de comprensión auditiva, debemos centrarnos, tanto en descubrir el objetivo del discurso, como en diferenciar entre ideas principales y secundarias, anticipar lo que vendrá a continuación, realizar inferencias, detectar el sentido del mensaje e, incluso, captar el estado de ánimo de nuestro interlocutor.