La princesa Pirlipat y la señora ratona
Cuenta la leyenda que en el mundo Mazapán un príncipe partió una nuez mágica con la fuerza de su mandíbula para salvar a la princesa Pirlipat del embrujo de la señora ratona que, al no poder comerse todo el tocino por orden real, decidió embrujar a la hija de la reina.
Al ver su hechizo roto por el príncipe, ávida de venganza, la señora ratona convirtió a éste último en un horrendo cascanueces. La princesa, al ver la deformidad del cascanueces, rechazó casarse con él, impidiendo que éste pudiera librarse del hechizo.
Una Nochebuena, una niña, Clara, recibió como regalo de Navidad un cascanueces. Esa noche no pudo dormir de la emoción. Cuando fue al salón de su casa para ver su regalo, encontró que el Cascanueces y otros juguetes estaban librando una batalla contra un ejército de ratones. Clara decidió involucrarse en la pelea a favor del Cascanueces pero sufrió un pequeño accidente al romperse una vitrina durante la lucha y perdió el conocimiento. Tras recuperarse, volvió a la contienda y, al ver que el Cascanueces estaba perdiendo, decidió negociar con los ratones y les ofreció todos sus dulces favoritos para salvarlo.
Una tarde, Clara comenzó de repente a hacerse pequeñita y al caer de su silla se encontró con el Cascanueces, quien, agradecido porque ésta le valorase por quién era y no por su apariencia, decidió convertirla en la nueva reina del mundo mágico de Mazapán, donde solo se ven bosques de árboles navideños, transparentes palacios de mazapán y toda clase de hechos extraordinarios.